No hace mucho tuve una plática con un soldado retirado, un carnicero, y él estaba sorprendido por mi aseveración de que era una lástima matar, y dijo las típicas cosas sobre ser ordenado. Pero después estuvo de acuerdo conmigo ''Especialmente cuando es ganado manso y callado. Ellos vienen, ¡pobres cosas!, confiando en ti. Es una lástima.''
¡Esto es una desgracia! No el sufrimiento y la muerte de los animales, sino que un hombre se impida el desarrollo, innecesariamente, de la más alta capacidad espiritual -- aquella de compasión y lástima hacia criaturas vivas como él -- y al violar sus propios sentimientos se vuelve cruel. ¡Y cuán profundamente asentado en el corazón humano está el mandato de no tomar vidas!
Una vez, caminando desde Moscú, unos carreteros que iban a un bosque vecino en Sepukhov a recoger leña me ofrecieron llevarme. Era jueves antes de Pascua. Yo estaba sentado en la primera carreta con un fuerte y rojo carretero que evidentemente había bebido. En la entrada de la villa vimos a un puerco rosado, desnudo, bien alimentado siendo arrastrado al patio para ser masacrado. Chillaba con una voz horrible, que recordaba a un alarido de dolor humano. Justo cuando ibamos pasando empezaron a matarlo. Un hombre cortó su garganta con una navaja. El puerco chilló aún más fuerte y dolorosamente, se separó de los hombres y huyó cubierto de sangre. Siendo miope no vi todos los detalles. Sólo vi la apariencia humana del cuerpo rosado del puerco y oí su desesperado chillido, pero el carretero vió todos los detalles y observó de cerca. Atraparon al puerco, lo tumbaron a golpes y acabaron de cortar su garganta. Cuando los alaridos terminaron el carretero suspiró profundamente. '¿No tienen los hombres que responder por tales cosas?' dijo.
Tan fuerte es la aversión humana por matar. Pero por ejemplo, al apoyar la avaricia, con la aseveracion de que Dios la ha aprobado, y sobre todo por hábito, la gente pierde su sentimiento natural.
Sólo deseo decir que para una vida buena un cierto orden de buenas acciones es indispensable; que si las aspiraciones de los hombres de una vida recta son serias seguirán inevitablemente una secuencia, y en esta secuencia la primera virtud que el hombre buscará es el auto-control y la auto-contención. Y al buscar el auto-control un hombre seguirá una secuencia definida, y en esta secuencia el primer paso será el auto-control de la comida. Y si realmente está buscando vivir una buena vida, lo primero de lo que se abstendrá será siempre del uso de comida animal, porque, sin decir nada de la excitación de las pasiones causada por dicha comida, su uso es simplemente inmoral, pues implica el desarrollo de un acto contrario al sentimiento moral -- matar.
''Pero, ¿por qué, si el error de la comida animal fue conocida tanto tiempo atrás, la gente no ha reconocido esta ley?'' será preguntado por aquellos que están acostumbrados a ser guiados por la opinión pública más que por la razón. La respuesta a esta pregunta es que el progreso moral de la humanidad - que es la base de cualquier otro tipo de progreso - siempre es lento; pero que el signo del verdadero, no casual, progreso es su aceleración ininterrumpida y continua.
Y el progreso del vegetarianismo es de este tipo. Ese progreso está expresado en la vida real de la humanidad, que por muchas razones está involuntariamente pasando de hábitos carnívoros a comida vegetal, y también está siguiendo el mismo camino en un movimiento que muestra fuerza evidente, y que está creciendo más y más -- el vegetarianismo. Ese movimiento durante los últimos diez años ha avanzado más y más rápido. Más y más libros y periódicos sobre este tema aparecen cada año; uno conoce más y más gente que ha dejado la carne; y en otras partes del mundo, especialmente Alemania, Inglaterra y América, el número de hoteles y restaurantes vegetarianos crece año tras año.
Este movimiento debería causar gozo especial a aquellos cuya vida yace en el esfuerzo de traer el Reino de Dios a la tierra , no porque el vegetarianismo en si sea un importante paso para llegar a ese reino (todos los pasos verdaderos son ambas cosas, importantes y no importantes), sino porque es un signo de que la aspiración de la humanidad hacia una perfección moral es seria y sincera, pues ha tomado el inalterable orden de la sucesión natural hacia ella, empezando con el primer paso.
Uno no puede evitar regocijarse por esto, como la gente no podría evitar alegrarse de quien, tras esforzarse por alcanzar el piso superior de una casa intentando en vano trepar al azar por las paredes desde distintos puntos, consigue finalmente subir el primer peldaño de la escalera, convencido de que no puede haber otra forma de subir excepto dando este primer paso por las escaleras.
PERÚ, 17.03.2008
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